Este evento está orientado hacia la crítica y la reflexión de la imagen fotográfica contemporánea. De manera amplia nos preguntarnos por la función social del fotógrafo actual, por la pertinencia, permanencia, uso y desuso de la imagen digital.
¿Se ha cuestionado Usted sobre dónde estaba y qué apariencia tenía la fotografía que observa justo antes de que diera click en la pantalla? Seguramente su sentido común le dice que estaba guardada en los aparatos que tiene a mano, o en otros aparatos con los que se conecta de manera remota. Pero, distinto de la imagen que podemos ver en la pantalla, al interior de estos dispositivos no existe nada distinto que información de códigos binarios, una extensa sucesión de ceros y unos agrupados en paquetes, que luego son traducidos para nuestros ojos en apariencia visual de colores y formas.
Más sorprendente, e incluso aterrador, es que esas imágenes, las fotos que usted comparte en las redes sociales y las que ve en las pantallas, son observadas, analizadas, catalogadas, interpretadas, codificadas, valoradas y utilizadas para fines que suelen escapar el sentido social que le damos. Hay allí material para levantar perfiles de consumidores, para realizar control de comunidades, para influenciar decisiones políticas, para estimular el gusto, para debilitar grupos culturales, para desinformar.
En este momento en que todos tomamos fotografías, en que la cámara fotográfica se hace omnipresente (está en el celular, en el reloj, en la computadora, en la calle, en el ingreso al edificio, en el almacén, en el banco), vale entonces preguntarnos: ¿acaso desaparece el fotógrafo? ¿Realmente todos somos fotógrafos? ¿Qué nos hace fotógrafos hoy? ¿Dónde están las imágenes que tomaste? ¿Siguen siendo tuyas esas fotos?
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